CRISTIANOS EN CAMINO
Hermanos en Cristo. ¿Quien piensa que una formación cristiana no es necesaria? En nuestra hermandad si creemos que es necesaria, pues es parte en nuestra vida. Los caminos del señor son necesarios para el día de mañana, por eso es necesario profundizar en la Doctrina de la Iglesia y difundirla. De esta manera, podremos cumplir con nuestros deberes como cristianos y ciudadanos. Pablo VI comento en su momento que: “Sólo el que es totalmente fiel a la doctrina de Cristo puede ser eficazmente apóstol. Y sólo el que vive con plenitud la vocación cristiana puede estar inmunizado de los errores con los que se pone en contacto”.
Los cristianos por tanto, tenemos unos deberes y unas obligaciones. Para ello tenemos que conocer las normas objetivas sobre el matrimonio, la familia, la enseñanza, el trabajo, la economía etc., pero también hay que tener nociones claras sobre las exigencias del Reinado Social de Ntro. Señor Jesucristo. Para ello aconsejamos realizar en primer lugar los Deberes: Familiares, Profesionales, Sociales y Políticos y, nuestras obligaciones como cristianos de luchar para cristianizar: Personas, Costumbres e Instituciones.
Cristo nos dijo: “Sin Mi nada podéis hacer” , pero también nos prometió: “Pedid y recibiréis”. Vamos a hacer unas breves reflexiones al respecto que nos ayudarán a comprender mejor nuestro combate por Dios, la Fe y por el Hogar y la importancia de la formación como cimiento de la acción. Ello exige un amor inmenso a la Verdad, que nos impida caer en el engaño; un espíritu de fe, que nos comprometa en la lucha que la mejor doctrina propone al decirnos: “Es la persona humana la que hay que salvar, y es la sociedad humana la que hay que renovar”.
Juan Pablo II (octubre 1985): “No se trata de una utopía. Si se quiere de verdad, se pueden crear en el mundo condiciones nuevas, estructuras nuevas, relaciones nuevas entre los individuos, los grupos sociales y los pueblos, para asegurar la paz en la justicia y en la fraternidad. Jamás me cansaré de repetirlo a todos y de invitar a todos a la esperanza y al estímulo del porvenir, que nos vienen del Evangelio y que encuentra confirmación en los “signos de los tiempos.” Pero debo añadir que los nuevos tiempos no llegan sin nosotros, o sea, “sin el esfuerzo de nuestra colaboración constructiva en la realización del designio de Dios en la historia”. Y recordar que sin la oración y el sacrificio diario no es posible ni una formación verdadera, ni una acción eficaz.
La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo Resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: “hacer discípulos a todas las pueblos ” (Mt. 28,19), enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado. Él les confiaba de este modo la misión y el poder de anunciar a los hombres lo que ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado con sus manos, acerca del Verbo de vida. Al mismo tiempo les confiaba la misión y el poder de explicar con autoridad lo que Él les había enseñado, sus palabras y sus actos, sus signos y sus mandamientos.
El término catequesis no significa, como generalmente se piensa, la organización catequética, ni la ciencia catequética, ni tampoco la catequesis dirigida a los niños; se refiere, en general, a la acción de catequizar en su conjunto. Desde mediados de los años sesenta se hizo clásica la expresión: «Todo acto de Iglesia es portador de catequesis. Se quería decir que todas las acciones eclesiales: proféticas, litúrgicas, testimoniales, etc. contribuyen a madurar la vida cristiana, son educadoras de la fe.
El mismo Juan Pablo II (Catechesi tradendae [CTI, 49a) lo indica también cuando dice que «toda actividad de la Iglesia tiene una dimensión catequética», una capacidad para educar en la fe. Esta virtualidad, no obstante, se ha atribuido siempre de manera especial a las acciones vinculadas al ministerio de la Palabra, las cuales se designan con términos como: predicación, anuncio misionero, catequesis, homilía y enseñanza teológica.
¿A quien va dirigido? CRISTIANOS EN MARCHA, es un curso dirigido a jóvenes mayores de 16 años y adultos. El curso consta de 5 BLOQUES. En total hablamos de 55 TEMAS muy amenos de reflexión y muchos de ellos de puesta en práctica. Los Bloques son los siguientes.
MATERIALES ACONSEJABLES
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TEMARIOS DEL CURSO
TEMA 1 / SOMOS CRISTIANOS
Ser cristiano no consiste simplemente en cumplir unos ritos determinados. La religión posee ceremonias y ritos simbólicos, pues de lo contrario se convertiría en un mero intelectualismo ético para minorías. No basta haber sido bautizado, haber hecho la primera comunión, asistir a procesiones, peregrinar a santuarios marianos, celebrar festividades para poder ser identificado como cristiano. Los fariseos del tiempo de Jesús eran muy fieles en sus ritos y sin embargo Jesús los denunció cómo hipócritas (Mt 23). El rito es necesario, pero no suficiente para ser cristiano.
TEMA 2 / DIOS NOS HA DADO EL DON DE LA FE
Hemos escuchado más de una vez frases como las siguientes: No tengo fe. Reconozco que es hermoso creer, incluso a veces siento algo de envidia cuando veo que otros creen. Pero a mí Dios no me ha dado ese don. No es el caso de indagar cuál haya sido la trayectoria de un corazón que ha llegado a concluir que Dios no le ha dado el don de la fe. La historia de cada ser humano es muy particular; las convicciones se van construyendo sobre experiencias, reflexiones, lecturas, momentos buenos y malos. Al final quedan fijadas ciertas ideas fundamentales que resultan difícilmente modificables. Son difícilmente modificables, sí, pero podrían cambiar.
TEMA 3 / DIOS HA CREADO EL MUNDO POR AMOR
“En el principio, Dios creó el cielo y la tierra” (Génesis 1,1). Así comienza la Biblia, y el primer capítulo del Génesis relata de manera gráfica cómo creó Dios al mundo. Sin utilizar ningún material, ni tampoco instrumentos, Dios fue creando todas las cosas: el cielo y la tierra, los animales y las plantas…, y por último el hombre. Dios creó el mundo de la nada.
¡Qué bonita es la creación! Al contemplarla es fácil dar gloria y alabar a Dios. Además, Él quiere que los hombres cooperemos a su obra con nuestro trabajo. Es tanta la dignidad del trabajo que, como dice la Sagrada Escritura, el hombre ha sido creado para que trabajara y así dominara la creación de un modo inteligente.
TEMA 4 / DIOS HA CREADO LOS ÁNGELES
Las primeras obras de la creación divina que conocemos (Dios no tiene por qué habérnoslo dicho todo) son los ángeles. Un ángel es un espíritu, es decir, un ser con inteligencia y voluntad, pero sin cuerpo, sin dependencia alguna de la materia. El alma humana también es un espíritu, pero el alma humana nunca será ángel, ni siquiera durante el tiempo en que, separada del cuerpo por la muerte, espere la resurrección. El alma humana ha sido creada para estar unida a un cuerpo físico. Decimos que tiene “afinidad” hacia un cuerpo. Una persona humana, compuesta de alma y cuerpo, es incompleta sin éste.
TEMA 5 / DIOS CREÓ AL HOMBRE LIBRE Y RESPONSABLE
El hombre es libre. Esta sencilla afirmación, escrita sobre una hoja en blanco, puede suscitar un montón de reacciones. Desde las preguntas radicales “¿será verdad? ¿soy libre? ¿los demás son libres?” hasta esas preguntas más concretas “libre, ¿en qué, para qué, cómo, cuándo, dónde?” La libertad ha sido uno de los temas más discutidos en la historia del pensamiento, y, a la vez, una de las realidades más atacada y denigrada. A la vez, un hombre “libre” puede vivir como esclavo: esclavo en el sentido de que no es capaz de mover su voluntad para realizar nada que valga la pena, sino que vive encadenado a la droga, al alcohol, a la pereza o a unas sábanas que no le dejan levantarse por la mañana…