LA SANTA RELIQUIA, UNA ASTILLA DEL MADERO
Como ya hemos contado anteriormente, la Santa Reliquia es parte del Paso de la Vera Cruz. La historia de nuestra reliquia, nace en el año 1947. Finalizada la Semana Santa de ese año y, viendo que la hermandad tenía dificultades cada año más crecientes para poder desfilar en la procesión del Santo Entierro, algunos de los miembros de junta consideraron que la hermandad al denominarse de Cristo Resucitado, únicamente debía de hacerlo el Domingo de Gloria.
Conseguir un Estamento Eclesiástico
Cuando finalizo la Semana Santa, el primer punto a tratar después de la Asamblea General, se pensó que hacer para participar durante toda la Semana Santa. Tras tomar varias decisiones importantes, uno de los acuerdos prioritarios sería darle otro sentido a la hermandad; encontrarle otro nombre. A partir de aquí, pasaría a denominarse «Hermandad de Cristo Resucitado y de la Vera Cruz», por lo que se decide con su aprobación el poseer un nuevo paso.
En consonancia con la nueva denominación, nuevas puertas se nos abrirían, pues ahora se nos permitiría participar en los actos semanales junto a otras hermandades y sin mayores contratiempos.
Viendo las posibilidades de que el hermano D. Francisco Martínez Mora hiciese lo posible por conseguir algún estamento eclesiástico, una pieza de valor como un «Lignum Crucis«, la junta directiva le otorga plenos poderes para realizar las oportunas gestiones y, llevar a tramite su esfuerzo.
Después de tantas reuniones y gestiones realizadas, su trabajo y esfuerzo consiguió dar su fruto. Finalmente, accederíamos a una donación de un pectoral con tan preciada reliquia en su interior, que su valor daría grandeza a la hermandad, integrándola en la procesión del Santo Entierro y, realzando la Semana Santa Torrentina que contará a partir de entonces con un fragmento de la cruz de Cristo. En el interés de todos, estaba el participar en las celebraciones del año 1948.
La Reliquia, solo tiene presencia tres veces al año. El día de la Exaltación de la Cruz, en la Procesión Penitencial y el Santo Entierro el Viernes Santo. Pocas veces hace acto de presencia si no es alguna celebración extraordinaria.