MÁS DE 75 AÑOS…
La fundación de la Hermandad de Cristo Resucitado, tiene lugar en la Semana Santa del año 1944; la fecha… el Viernes Santo 7 de abril. Reunidos para levantar el acta fundacional, se encontraban: D. José Besó Martí, D. José Ferrís Silla, D. José Torrent Monzón, D. Pascual Chuán Benlloch, D. Pedro Rubio Puche, D. Francisco Andreu Chuliá y D. Jaime Benlloch Peris. Nuestros hermanos, deciden así instituir esta nueva hermandad para celebrar con toda solemnidad la festividad de la Resurrección del Señor.
Constituida, redactada y firmada sobre el libro de actas por los miembros ahora fundadores, se realiza la primera junta directiva. Esta primera junta, sería la encargada de diseñar las directrices de la hermandad, así como la de establecer y organizar su propio funcionamiento. Llegando a acuerdos entre los primeros miembros, se pasa a distribuir y redactar los cargos principales de la siguiente forma: D. José Besó Martí, Presidente; D. Pedro Rubio Puche, Secretario; D. José Ferrís Silla, Depositario; D. José Torrent Monzón, Secretario/Contador; D. Pascual Chuán Benlloch, D. Francisco Andreu Chuliá y D. Jaime Benlloch Peris, Vocales.
Las primeras determinaciones, estarían relacionadas con la admisión de los nuevos hermanos que la integrarían. Los nuevos hermanos que habían solicitado el ingreso en la hermandad, aceptaron los acuerdos establecidos por la junta, alcanzando en aquellos primeros momentos de las inscripciones la suma total de 49 nuevos miembros.
Dentro de los acuerdos tomados por parte de la junta directiva, se perfila el funcionamiento de un sistema económico. Para empezar, se concretó de entrada, que se pagaría la cantidad de 5 Ptas. (0,03 €) en concepto de cuota, así como una asignación de 3 Ptas. (0,02 €) semanales, para la adquisición de la vestimenta propia de la hermandad.
Las ganas de participar en las celebraciones de la Semana Santa de este mismo año de 1944, nos llevaría a decidir por unanimidad, el disparar el Sábado de Gloria una gran traca en la plaza de la Iglesia que llegaría hasta lo más alto del campanario. Entre acuerdos, también se decide el sortear entre todos los hermanos inscritos, cuatro Monas de Pascua y tres botellas de sidra.
La constitución de la hermandad, fue notificada en los meses posteriores a la Junta Central de Hermandades, designando como representantes de la misma en este organismo a: D. Jaime Benlloch Peris y D. Pedro Rubio Puche.
En una reunión de junta directiva, celebrada el 15 de febrero de 1945, se aprueba lo que será el reglamento y, por el cual han de regirse los miembros de hermandad. Redactado por D. José Ferrís Silla, contiene un total de catorce artículos. Uno de estos artículos, será transitorio ya que a través de los mismos se estipula y detalla: Las condiciones de pertenencia, el hábito, la inversión de los fondos en caso de disolución, la rendición de cuentas a la finalización del ejercicio, la celebración solemne de la Eucaristía en la festividad de la Santa Cruz y Pascua de Resurrección o en sus octavas respectivas, la organización de la junta directiva, sus cargos y renovación, las sanciones por incumplimiento de las obligaciones, la celebración de sufragios por las almas de los hermanos fallecidos, la facultad de la junta directiva para poder organizar sorteos, establecer suscripciones, etc., en beneficio todos ellos de la hermandad. Este reglamento, sufriría unas pequeñas modificaciones según el dictamen del Canciller Secretario del Arzobispado de Valencia con fecha de 22 de marzo de 1947.
La hermandad, desfilaría por primera vez en la Semana Santa del año 1945. Para ello, se confeccionó el hábito. Este hábito, estaría compuesto de: una túnica y capuchón de seda blanca, una capa de seda marrón, un cíngulo con cinco nudos en memoria de las cinco llagas de Cristo atado a la cintura, sandalias marrones, calcetines y guantes blancos.
Bordado sobre el capuchón y el lateral izquierdo de la capa, se incrustaría la Cruz de la Orden de Montesa, significando con ello el ser cruzado de Cristo y la iglesia. Asimismo, se dispone en este primer momento, de una pequeña banda formada por seis tambores, tres timbales y ocho trompetas, cuyos instrumentos se habían adquirido previamente.
Otro de los días memorables de nuestra hermandad, sin duda fue el Domingo de Ramos, día 25 de marzo. En la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, se procedió a la bendición de nuestro banderín, conjuntamente con la Hermandad de la Santa Faz y, cuyos padrinos fueron D. José Ferrís Silla y D.ª Consuelo Rius Silla, que fue la encargada de confeccionarlo y bordarlo.
La necesidad de la hermandad por contar con un paso propio, ante el inadecuado uso en el día del Encuentro Glorioso de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, nos llevaría a adquirir de un taller de escultura religiosa en la población de Olot (Gerona), nuestra primera figura de un Cristo Resucitado.
Esta figura, se elaboraría en un material denominado pasta de madera. El coste final de la imagen, aproximadamente llegaría a alcanzar las 3.000 Ptas. (18 €). El Cristo Resucitado, sólo llegaría a procesionar dos años, ya que debido a su pequeño tamaño en el acto del Encuentro Glorioso, hacía desaconsejable por estética su utilización.
Por consiguiente, en reuniones posteriores de la junta y, celebradas los días 23 de octubre y 3 de noviembre de 1946, después de exponer los pros y contras sobre los dos años procesionados con esta pequeña imagen, se llegan a tomar nuevas decisiones. Había llegado el momento de renovar la imagen, tomando la decisión definitiva de comprar otra imagen de mayor tamaño y mucha mejor calidad.
El trabajo de esta nueva imagen, no nos llevaría tan lejos de Torrent. Se miraría realizar la nueva obra en el Estudio de Escultura Religiosa de D. Enrique Castera y Masía, afincado en la misma ciudad de Valencia.
Llegando a las negociaciones y acuerdos pertinentes para poder empezar el nuevo trabajo, una de las primeras decisiones a tan enorme pesar por parte de todos los miembros de la junta, fue la de vender la anterior imagen del Cristo Resucitado, a la población vecina de Manises para que pudieran realizar su propia Semana Santa.
Con el dinero recaudado de su venta y, la aprobación en junta del establecimiento de una nueva cuota extraordinaria por valor de 25 Ptas. (0,15 €), y otra de 50 Ptas. (0,30 €) esta, debía satisfacer a todos los hermanos con este fin. Esta nueva cuota, se fraccionaria en pequeños pagos, emitiendo unos vales por valor de 5 Ptas. (0,3 €).
Tras la plena implicación por parte de todos los hermanos y, con el objetivo de tener finalizada la nueva imagen del Cristo Resucitado para la Semana Santa del año siguiente, también se decide renovar/reformar el Trono /Anda con la finalidad de darle una mayor prestancia. Así pues, el 19 de marzo de 1947, en el domicilio del Presidente D. José Besó Martí, sito en la calle Ramón y Cajal de nuestra ciudad, tuvo lugar el acto de la bendición de la nueva imagen de Cristo Resucitado.